Saliva. Julie C. Fortier – Luis Adelantado Valencia

Texto/Dossier/Vídeo

 
 
Saliva. Julie C. Fortier

 
 
Julie C. Fortier. Immunité, 2018. Lágrimas de porcelana, hilo de poliéster, agujas, dos perfumes creados por la artista. 170 x 5 x 20 cm.
Julie C. Fortier. Immunité, 2018. Lágrimas de porcelana, hilo de poliéster, agujas, dos perfumes creados por la artista. 170 x 5 x 20 cm.
Julie C. Fortier. Immunité, 2018. Lágrimas de porcelana, hilo de poliéster, agujas, dos perfumes creados por la artista. 170 x 5 x 20 cm.
Julie C. Fortier. Immunité, 2018. Lágrimas de porcelana, hilo de poliéster, agujas, dos perfumes creados por la artista. 170 x 5 x 20 cm.
Julie C. Fortier. Saliva, 2023. Sala 4. Vista general.
Julie C. Fortier. Que salive l'horizon, 2022. Alfombra de lana tejida a mano, 5 piezas de cristal soplado, 3 perfumes creados por la artista. 286 x 580 x 27 cm.
Julie C. Fortier. Que salive l'horizon, 2022. Alfombra de lana tejida a mano, 5 piezas de cristal soplado, 3 perfumes creados por la artista. 286 x 580 x 27 cm.
Julie C. Fortier. Que salive l'horizon, 2022. Alfombra de lana tejida a mano, 5 piezas de cristal soplado, 3 perfumes creados por la artista. 286 x 580 x 27 cm.
Julie C. Fortier. Que salive l'horizon, 2022. Alfombra de lana tejida a mano, 5 piezas de cristal soplado, 3 perfumes creados por la artista. 286 x 580 x 27 cm.


 
 

Texto


La obra de Julie C. Fortier se construye en torno a los procesos de percepción olfativa y de la memoria, creando paisajes evanescentes donde la narratividad es atravesada por un recuerdo o sensación que desencadena una imagen. Este carácter vaporoso de los aromas toma forma de perfumes, instalaciones, dibujos y más.
La magia sucede desde fuera hacia adentro. La sutil contundencia visual que caracteriza sus piezas, invita a acercarse para comprender. Es en esa aproximación cuando se ponen en juego los sentidos. Los aromas fluyen; frescos, ácidos, amargos, dulces, brillantes, afrutados e impregnan nuestro sistema olfativo despertando un sinfín de sensaciones para comenzar un viaje interior, inmóvil, al archivo de los propios recuerdos.
Fortier inunda una sala completa con dos paisajes sensoriales. Uno, representado a través de su pieza principal, Que salive l’horizon, la cual propone devolver a escala doméstica elementos del paisaje natural, adoptando la forma de una alfombra olfativa  con patrones coloreados a modo de estratos geológicos, alternando colores y volviéndose densa y voluminosa, revelando una brecha de la que emergen semillas de vidrio estratificadas. Tres olores puntúan esta alfombra paisajística, mezclándose en el espacio según los movimientos impredecibles de los visitantes, que funcionan como elemento clave para completar el sentido de la pieza. El fluir de los aromas en el espacio convoca a otros espacios, a fantasmas y a recuerdos para quienes se dejen impregnar por este manar de perfumes y sensaciones.
El otro paisaje que nos presenta, es el evocado por la pieza Immunité, en el cual la artista parte de la idea del consuelo como manifestación de la ternura y del conocimiento de la capacidad que tiene el llanto para aliviar y provocar después una sensación de bienestar debido a la producción de endorfinas y prolactina. Julie C. Fortier plantea esta obra como un rincón de acogida en donde encontramos estas lágrimas de porcelana elaboradas manualmente, que conservan una intencional porosidad para ser capaces de difundir los dos perfumes especialmente concebidos, con extractos químicos que favorecen la producción de las mencionadas hormonas en el organismo humano, generando efectos euforizantes, calmantes o inmunoestimulantes. La obra produce así consecuencias tanto estéticas como químicas sobre el cuerpo y las emociones.